Blog de Guatemala parte 4
Continuamos rumbo a “Chichi” (Chichicastenango), ciudad donde los jueves y domingos se lleva a cabo el mercado más importante de Guatemala. En varios trayectos la carretera era de tierra y con miles de pozos. Nunca antes nos alegramos tanto de alcanzar el ansiado asfalto! Luego de tantos subes y bajas propios de la geografía guatemalteca, se nos fue haciendo tarde, y estando ya por oscurecer y aún lejos de nuestro destino, decidimos entrar a un pequeño poblado al lado de la carretera. Un grupo de personas nos dio la bienvenida y nos indicó donde estacionarnos. Algo para mencionar aquí es que desde la frontera guatemalteca y en todo nuestro recorrido, nos vimos sorprendidos por la amabilidad y simpatía de la gente de este país. Y esa noche no fue la excepción. Esta adorable familia nos recibió con mucha calidez, y nos deben haber notado hambrientos ya que no solo nos regalaron un par de calabazas para que nos llevemos, sino que nos trajeron carne asada, frijoles y tortillas de maíz para que cenemos. Los invitamos a pasar a nuestro Camper y a sentarse un rato en nuestro “living” a charlar. Estaban como locos de felicidad! Sin duda las mejores experiencias del viaje se dan cuando uno menos las busca y en los lugares menos turísticos.
Ya en el Mercado de Chichi, llaman la atención la cantidad de colores provenientes de los tejidos y atuendos de las vendedoras. Al recorrerlo, uno se da cuenta que las instalaciones están sobre las mismas calles de la ciudad convertida en gran centro de compras de artesanías, comida, frutas y verduras. A pesar de haber visitado en México muchos mercados similares, este tiene su encanto, y hasta nos tentamos comprando recuerdos entrando en el juego del regateo que parece ser el deporte nacional de Guatemala.
Pasamos la noche en una “cancha” de futbol terrosa al lado de la Policía. Nuestro próximo destino eran unas aguas termales llamadas “Fuentes Giorginas” ubicadas cerca de la segunda ciudad más importante de Guatemala, Quezaltenango (más conocida como “Xela”), por lo que decidimos usarla como escala. A diferencia de las maravillas que leímos en otros blogs, a nosotros esta ciudad nos resultó muy poco pintoresca, bastante sucia y no creemos que valga la pena su visita. Dejamos el camper en un estacionamiento y pasamos todo el día caminando sus calles y cementerio, que poco nos transmitieron.
Al día siguiente manejamos hacia las termas por un lindísimo camino de montaña rodeado de colinas con cultivos de coliflor, rabanito y zanahoria entre otros. No por nada a esta zona le dicen “la huerta de Centroamérica”. Y una vez llegados, pudimos disfrutar y relajarnos por un largo rato en las piscinas con aguas termales humeantes provenientes de una veta del volcán. A la tarde manejamos al cercano hotel “Las Cumbres”, que permite pasar la noche en su estacionamiento y el acceso a sus magníficos saunas con vapor natural provenientes del volcán.
Y se venía otra de las joyitas de Guatemala: el Lago Atitlán, rodeado por distintos pueblos desde los que se obtienen diferentes vistas al bellísimo lago y sus impactantes volcanes. Nosotros teníamos particular interés en hospedarnos en San Marcos, pueblo con aire hippie y capital del yoga. A pocos minutos, hay un camping que ya varios viajeros nos habían recomendado por su belleza y paz. Pero para acceder a él, había que manejar un tramo de ruta muy empinado en el que más de un auto habían roto sus frenos o transmisión. Para nuestra suerte, el camino había sido pavimentado recientemente, facilitando bastante la situación. Con el corazón en la garganta, llegamos al paradisíaco camping “Pasaj-cap” en el que pasamos 5 noches junto con otros 8 “overlanders”. Inmediatamente comenzamos a hablar con nuestros vecinos más próximos: Jana e Iván de Eslovaquia, con los que compartiríamos las próximas semanas del viaje. Desde ahí uno puede tomar la lancha colectiva que te lleva a los distintos pueblos costeros: un día nos fuimos a recorrer el mercado de Panajachel y otro día San Pedro, donde hicimos kayak y tomamos coraje para subir su volcán, siempre acompañados de nuestros nuevos amigos. Luego de 3 horas de caminata cuesta arriba, se llega a la cima desde la que se puede ver la inmensidad de este lago en su totalidad.
Este lago y sus pueblos con fuerte influencia maya, transmiten mucho más que armonía y tranquilidad, haciendo que uno se pueda quedar allí por días, semanas, meses. Pero había que continuar nuestro viaje hacia la ciudad de Antigua Guatemala, para poder subir al volcán Acatenango con buen clima, pues veríamos uno de los shows naturales más impresionantes de nuestras vidas.
Tips para viajeros
- El acceso desde el este a San Marcos ha sido pavimentado, sin embargo es bastante empinado. Otra forma de llegar es rodeando el sur del lago pero no es recomendable sin custodia policial que se puede pedir en las comisarias.
- Las lanchas para recorrer los pueblos pasan cada 15 minutos y son económicas. El precio depende el trayecto.
- Fuente Giorgina: no conviene quedarse a dormir porque pretenden cobrarte un día mas ademas del camping.
- Chichicastenango: paramos al lado de la comisaria al lado de una “cancha” de futbol