Blog México parte 10
Dejamos atrás Bernal para ingresar a la Sierra Gorda, manejando por una cuesta muy sinuosa, y a medida que íbamos avanzando la vegetación aumentaba. Pasamos por Pinal de Amoles, pequeño pueblo perdido en la montaña donde almorzamos tasajo con entomatada, un churrasco extra fino acompañado por tortilla de maíz bañadas en salsa de tomate ligeramente picoso que era una delicia.
Luego de tomar un desvío de cuatro kilómetros larguísimos de tierra, en bajada y puras curvas, llegamos al Puente de Dios (de Querétaro), sin saber muy bien en qué consistía, sólo que nuestros amigos de Costa Rica nos lo habían recomendado. Dejamos el Camper junto al río, y empezamos nuestra travesía con un guía local. Nos comentó que era un camino por la vera del río pero que más de una vez nos tendríamos que mojar hasta la cintura debido a la crecida. Fue una caminata espectacular, de un poco más de 2 horas, en la que el guía fue muy necesario, pues no había camino muy marcado.
Hubo que pasar por improvisados puentes de madera, escalar piedras, atravesar varias veces el río con bastante corriente, pasar por debajo de cascadas, cruzar una cueva acuática hasta llegar al final del recorrido de gran belleza: una cortina de cataratas cuyas aguas desembocaban en el río color verde intenso, broche de oro a toda esta aventura desafiante y divertida al mismo tiempo.
Pasamos la noche en aquella pequeña comunidad en el medio de la nada, con una extrema oscuridad, solo acompañados por el correr del río. Por la mañana al volver a la ruta principal y recuperar la señal nos sorprendimos por la gran cantidad de mensajes y llamadas perdidas que teníamos. Al leer comprendimos: dos horas atrás había ocurrido otro sismo, y esta vez sí había ocasionado catástrofe en el DF y Puebla: muertos, heridos, derrumbes. Pensar que 4 días atrás estábamos en el DF considerando la posibilidad de volver a Puebla nos hizo sentir más que afortunados de haber elegido este destino en el momento indicado. Sin embargo, la empatía por la gente afectada fue más fuerte que otro sentimiento. Nos tocó vivir un México de luto.
Continuando viaje, ese día mezclamos naturaleza e historia: primero visitamos la Cascada de Chuveje de la que no pudimos disfrutar de su máxima belleza ya que, por la intensa lluvia de la noche anterior, arrastraba tierra, encontrándose color dulce de leche.
A pocos kilómetros se encontraba la ciudad de Jalpan, donde el Fray Junípero Serra fundó la primer misión evangelizadora de la zona (el mismo hombre que fundó las misiones que visitamos en California). Luego fuimos a la misión de Concá en el pequeño pueblo donde pasaríamos la noche, luego de visitar su árbol milenario del cual sus habitantes están orgullosos. Ambas misiones (Concá y Jalpan) tienen una fachada principal similar, con función didáctica para una mayor comprensión religiosa de los indios.