Blog México parte 13
Regresamos a la Ciudad de Puebla porque sentimos que tenía más para ofrecernos, además de poder pasar más tiempo con la familia de Luli que tan bien nos había recibo en nuestra corta visita unas semanas atrás. También se acercaba el cumpleaños de Luli y Puebla nos parecía el lugar ideal para festejarlo junto a la familia; casualmente Anita, nuestra querida anfitriona, cumple el mismo día (doble festejo!)
Debemos reconocer que nos daba un poco de miedo volver a esta ciudad luego de haber sufrido daños considerables y algunas muertes tras el último sismo ocurrido hacía un par de semanas. Tuvimos la suerte, o mala suerte, de ver el antes y el después del espectacular centro histórico: algunos derrumbes, daños en casas e iglesias, zonas de prohibido el paso.
Pero la mayoría de la ciudad estaba intacta. También sufrieron daños las Ruinas de Cacaxtla, ubicadas a una hora de la ciudad de Puebla, a las que fuimos y encontramos cerradas por prevención. Así que ese día aprovechamos para ir a Valquírico, un barrio privado que simula ser pueblo español medieval. Bonito, pero bastante caro; ya se volvió demasiado turístico.
Algo que nos había quedado pendiente era visitar el “Ex Convento de Santa Rosa”, lugar en el que las monjas inventaron el mole poblano, esa salsa tan particular que nos encanta (tanto les debemos a esas monjitas cocineras!). Además de apreciar sus instalaciones del 1600, nos entretuvimos con la visita guiada en la que nos explicaron la historia del convento y el modo de vida tan extremista y sacrificado que elegían aquellas monjas.
Como dato curioso: visitamos el volcán más chico del mundo, el Cuexcomate, de tan solo 13 metros de altura sobre el nivel de la plaza, que al estar inactivo se puede ingresar dentro de él por una escalera en forma de caracol.
Además de la belleza propia de Puebla, esta ciudad sirve como base para ir a visitar ciudades cercanas aunque el mal tiempo y los sufridos partidos de Argentina para clasificar al mundial no nos dejaron aprovechar esto. Pero al menos hubo un finde que nos escapamos a Taxco, ciudad muy colonial incrustada en la montaña, famosa por su producción de plata. Anita nos prestó su auto para evitar ir con el Camper, y cuando llegamos a la ciudad agradecimos enormemente que así haya sido, pues las callecitas eran super angostas, con subidas y bajadas muy empinadas (caminando la ciudad ejercitamos las piernas!). La cantidad de puestos vendiendo piezas de plata es impensable. Se consiguen precios muy buenos, aunque la gente local te advierte que algunos vendedores hacen pasar por plata piezas que no lo son.
También visitamos en Museo Amparo, cuya entrada es gratuita, que presenta una extensa e interesante colección de arte mexicano prehispánico, colonial, moderno y contemporáneo. Su antigua fachada exterior es muy bonita.
De esta segunda estancia en Puebla no nos olvidaremos de todas las tardes que paseamos con Luma por el centro histórico, siempre probando platos típicos riquísimos; las noches en las que Anita volvía del trabajo cansada pero se quedaba chusmeando con nosotros hasta bien tarde; la noche que fuimos a ver a la banda de Oscar y Daniel, que sonaron excelente.
Y llegaron los cumples de Luli y Anita. Fue el primer festejo de Luli en el exterior, pero la presencia de su familia mexicana hizo que la distancia no se sintiera tanto. Esa noche las primas soplaron las velitas, felices, agradeciéndole a la vida el estar todos juntos celebrando.
Tips para Viajeros
- Dicen los mexicanos que en Puebla los robos de autos es cotidiano. Nosotros no vimos nada malo.
- Para los artesanos, hay varios negocios de biyuteri para comprar a buen precio.